domingo, 3 de enero de 2010

Un amanecer en la plaza de Zamora


Paulina Salceda Fuentes
Tercer Semestre

Hoy, un día como todos, me dirijo a la escuela. Es una mañana fresca en la ciudad de Zamora. La plaza luce despejada, sólo se ven algunas personas que van rumbo a sus trabajos y en sus rostros se refleja la esperanza; la esperanza de tener un futuro mejor. Otros, sentados en las bancas de la plaza esperan con paciencia un día mejor.
Las palomas caminan tranquilas, recogiendo algunas migajas; migajas de bondad que las personas les dejan.

El kiosco luce solo, pero igualmente hermoso; y sólo espera ansioso los domingos en los que se presta para que la gente zamorana escuche las alegres notas de la banda que ameniza la bella noche en que decenas de personas se dan cita para hacer un bello desfile alrededor del bello kiosco de Zamora.

Las tiendas del centro esperan la hora de abrir sus puertas a los visitantes. Las calles lucen solas; sólo se ve el vaivén de algunos autos que van retrasados a sus deberes y ¡allí voy yo!, en busca de una vida mejor.

(Fotografía por Vi-co en flickr.com)

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