martes, 5 de enero de 2010

"Muñeca"


Noemí Montserrat Covarrubias Gaona
Tercer Semestre

Después de todo lo pasado contigo, me doy cuenta de que te comportaste como una niña y yo como una muñeca.

Jugaste conmigo, me manejaste a tu antojo y yo sin hacer nada.

Mis ojos permanecían fijos, sólo te observaban, sólo veía que tus labios susurraban y ese pequeño susurro llegaba a mi tímpano y hacía rodar una lágrima por mi mejilla.

Mis labios parecían estar adheridos, no podía pronunciar ni una sola palabra.

Mis brazos permanecían extendidos, queriéndote abrazar, esperando cariño que jamás vi llegar.

Mis piernas no podían más. Frente a ti se quedaban estáticas, con miedo a caminar, esperando una respuesta, una señal que tú me dieras. Pero no, sólo querías jugar conmigo, con tu “muñeca”.

Después, sin querer, le diste vida a esa muñeca que ya no pudiste manipular más. Me bastó ver con estos ojos tan firmes a otra adquisición, a otra muñeca como yo. Fue un espejo en el que vi mi reflejo.

Me hiciste recordar que tengo mente propia y sentimientos, con los que sentí ese dolor tan fuerte que oprimía mi pecho; que no necesito de una niña tonta que nada más toma a su muñeca, juega con ella y la lástima, la arrumba donde quiere y se olvida de ella.

No, yo no necesito un titiritero. Ahora recuerdo que yo puedo caminar y decidir a dónde ir, que puedo mover mis labios y decidir lo que quiero para mí. No quiero seguir siendo tu “muñeca”, como te gustaba llamarme, porque no soy de plástico, tengo sentimientos.

Y no quiero más ese reflejo, pero gracias por traer el espejo frente a mí, por traer frente a mí a ese otro ejemplar que pronto se dará cuenta que esa niña con la que está, no vale la pena estar.

(Imagen obtenida de http://borrandoelparaiso.escribirte.com.ar/vota/7545.htm).

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